PRINCIPALES PUNTOS DEL ARTÍCULO

  • Atiende a brasileños que nunca habían sido beneficiados por programas sociales.
  • La mayor parte del dinero se usa para la compra de alimentos, material escolar y ropa.
  • Su éxito ha causado que haya sido adaptado en casi 20 países.

¿Pueden las políticas sociales ir más allá de la asistencia y convertirse en instrumentos activos de transformación social y económica? Brasil está demostrando que sí. El Programa Bolsa Familia, que cuenta con el apoyo técnico y económico del Banco Mundial, se considera una de las principales razones de los importantes resultados sociales alcanzados por Brasil en los últimos años.

El Programa es una iniciativa social innovadora del Gobierno brasileño, y llega a 13 millones de familias, a más de 50 millones de personas, lo que supone gran parte de la población de bajos ingresos del país. Ese modelo surgió en Brasil hace ya más de una década y viene siendo mejorado desde entonces.

Las familias pobres con hijos reciben una media de R$ 70 en transferencias directas y se comprometen a mantener a los niños en la escuela y a cumplir diversos controles en los servicios de salud disponibles.

Así, el Bolsa Familia tiene dos importantes resultados: ayuda a disminuir la pobreza actual a la vez que incentiva que las familias inviertan en sus hijos, rompiendo el ciclo de transmisión de la pobreza y disminuyendo la pobreza futura.

Aunque el Bolsa Familia sea relativamente pequeño en materia de recursos si lo comparamos con otros programas sociales brasileños, como la Previsión Social, quizás sea el que tiene un mayor impacto en las vidas de millones de brasileños de bajos ingresos.

«Mis hijos saben que, cuando recibimos el dinero, tienen más para comer, y se alegran mucho».

Dinalva Pereira de Moura – Beneficiaria

Para Dinalva Pereira de Moura, una madre beneficiaria del programa que vive en la favela de Varjão, en el Distrito Federal, el Programa «fue algo maravilloso para mí y para mi familia. Tengo tres hijos y mi marido está en paro. El Bolsa Familia me ayuda a comprar comida. A veces, incluso llega para comprar frutas para los niños. Mis hijos saben que, cuando recibimos el dinero, tienen más para comer, y se alegran mucho.Ellos tampoco faltan a la escuela, porque saben que el dinero depende de eso».

La virtud del Bolsa Familia es llegar a una cuota significativa de la sociedad brasileña que nunca había sido beneficiada por programas sociales. Está entre los programas mejor dirigidos del mundo, llegando a quien realmente lo necesita.

El 94% de los recursos llegan al 40% más pobre de la población. Los estudios demuestran que la mayor parte del dinero se destina a la compra de alimentos, material escolar y ropas para los niños.

Su éxito ha hecho que haya sido adaptado en casi 20 países, como Chile, México y otros países de todo el mundo, como Indonesia, Sudáfrica, Turquía y Marruecos. Recientemente, la ciudad de Nueva York anunció el programa «Opportunity NYC», de transferencia condicionada de renta, inspirado en el Bolsa Familia y en su equivalente mexicano. Esta es una de las raras ocasiones en que un país desarrollado está adoptando y aprendiendo de experiencias del llamado mundo en desarrollo.

Los resultados del Bolsa Familia muestran que es posible hacer frente a la pobreza y la desigualdad de forma sostenida, integrando a millones de personas a la economía y a la ciudadanía, sin dejar de lado el desarrollo económico.