«Es necesario querer transformar, llevar información al beneficiario y a quien trabaja en la gestión del programa», destaca Antonio Pereira, gestor del PBF en Crateús
Brasília, 14 de Julio de 2015 – El municipio de Crateús, localizado en el sertón del estado brasileño de Ceará, se ha convertido en un ejemplo nacional de monitoreo del Programa Bolsa Familia (PBF). Finalista en 2013 del Premio Rosani Cunha, que otorga el Ministerio de Desarrollo Social y Combate al Hambre (MDS), la undécima ciudad más poblada del estado puso en marcha prácticas innovadoras al crear un núcleo especializado de apoyo a las 14?315 familias registradas en el Registro Único y mejora de la gestión de las condicionalidades del PBF, fortaleciendo el acceso a los servicios de salud, educación y asistencia social de las más de 8?000 familias beneficiarias del programa.
El municipio de Crateús fue finalista en 2013 del Premio Rosani Cunha, que otorga el MDS. Foto: Ubirajara Machado/MDS

El municipio de Crateús fue finalista en 2013 del Premio Rosani Cunha, que otorga el MDS. Foto: Ubirajara Machado/MDS

El compromiso en el seguimiento de la ejecución del PBF contribuyó a generar resultados positivos en las áreas de salud y educación: niños de 0 a 7 años con las vacunas al día; reducción de los índices de malnutrición y de mortalidad infantil; seguimiento médico de 381 gestantes y madres lactantes, y localización del 45?% de los 1?661 alumnos que no se encontraban por situaciones diversas (transferencia de escuela, etc.), garantizando el seguimiento de la frecuencia escolar del 90?% de los alumnos beneficiarios. Antonio José Marques Pereira, gestor del PBF en Crateús, nos cuenta más detalles.
Antonio Pereira: «con los bloqueos y las suspensiones de los beneficios de las familias, vimos que necesitábamos hacer efectiva la intersectorialidad». Foto: Archivo personal

Antonio Pereira: «con los bloqueos y las suspensiones de los beneficios de las familias, vimos que necesitábamos hacer efectiva la intersectorialidad». Foto: Archivo personal

WWP: ¿En qué situación estaba el cumplimiento de las condicionalidades del Programa Bolsa Familia (PBF) en su municipio, antes de que se pusiera en marcha sus prácticas innovadoras? ¿Qué motivaba el incumplimiento?
Antonio Pereira: En 2012 pasamos por un momento muy difícil. Teníamos 11?000 beneficiarios del Programa Bolsa Familia y nos deparábamos constantemente con familias cuyos beneficios habían sido bloqueados por incumplir las condicionalidades. Veíamos que carecían de información, además estaban en situación de vulnerabilidad y tenían problemas de conflictos familiares, drogas y dificultades de desplazamiento. A partir de 2012, entendimos que había que hacer algo.
WWP: Hasta aquel momento, ¿cómo se hacía el seguimiento de las condicionalidades en Crateús? ¿Cuáles eran las principales dificultades?
AP: Hasta 2011 no había una política fuerte de seguimiento del cumplimiento de las condicionalidades. Aún no estábamos preparados para recibir una demanda grande de beneficiarios ni para hacer frente a las consecuencias del incumplimiento. Cada secretaría —de Salud, de Educación y de Asistencia Social— desarrollaba un trabajo individual con las familias, de manera que lo que era responsabilidad de Salud, Educación y Asistencia Social era individualizado.
Pero, en 2012, surgió la demanda del estado de recurrir a la intersectorialidad entre las secretarías, y decidimos aunar fuerzas para intentar resolver los problemas de incumplimiento de las condicionalidades en nuestro municipio.
WWP: ¿Cómo se llevó a cabo el trabajo intersectorial entre las áreas de Educación, Salud y Asistencia Social?
AP: Recibimos instrucciones operativas del MDS [Ministerio de Desarrollo Social y Combate al Hambre] que alentaban al trabajo intersectorial en los municipios y participamos de algunas capacitaciones.
En 2012, con los bloqueos y las suspensiones de los beneficios de las familias que estaban en situación de incumplimiento de las condicionalidades, vimos que necesitábamos hacer efectiva la intersectorialidad, comenzamos a trabajar en conjunto y, en 2013, creamos el Núcleo Intersectorial del Programa Bolsa Familia, que reunía a las secretarías de Salud, de Educación y de Asistencia Social.
El núcleo es un equipo que está siempre bien informado, buscando capacitación, intentando entender nuevos programas, tomando medidas y preparándose para el futuro.
WWP: ¿Qué prácticas fueron adoptadas para aumentar el seguimiento de las condicionalidades por parte de los beneficiarios y asegurar el acceso de las familias a la salud y a la educación?
AP: Decidimos que la gestión del PBF tenía que trabajar junto con los operadores de los sistemas de Educación, de Asistencia Social y de Salud. Reunimos a los operadores en una sala con una pedagoga y una asistente social para atender e informar a las familias beneficiarias y, a continuación, ese equipo comenzó a visitar a las familias y a organizar charlas en las comunidades. Detectamos los problemas y buscamos a los alumnos que constaban como no localizados en los sistemas.
Creamos el Núcleo Intersectorial del Programa Bolsa Familia y empezamos a hacer que todos participaran: profesores, directores, agentes de salud. Y, desde entonces, sabiendo que existe un equipo trabajando, todos esos profesionales han adoptado la práctica de informarnos sobre situaciones irregulares. Y ese trabajo con los profesionales de las tres áreas da sus frutos.
Asistente social visita familia beneficiaria del Bolsa Familia en Crateús: «ese trabajo con los profesionales de las tres áreas da sus frutos», dice Antonio Pereira. Foto: Ana Nascimento/MDS

Asistente social visita familia beneficiaria del Bolsa Familia en Crateús: «ese trabajo con los profesionales de las tres áreas da sus frutos», dice Antonio Pereira. Foto: Ana Nascimento/MDS

WWP: ¿Cuáles fueron los principales resultados obtenidos?
AP: Se obtuvieron resultados en salud y educación. En educación, en marzo de 2013 había 1?361 alumnos no localizados en las escuelas. En noviembre, solo teníamos 265 sin información de frecuencia escolar, una cifra muy buena, cinco veces menor. Los alumnos también se hicieron más conscientes de su papel en la escuela y conseguimos reforzar la garantía de derechos, como el acceso al transporte escolar para las familias que viven en zonas de difícil acceso.
En cuanto a la salud, nuestros indicadores mejoraron bastante. Llegamos al final de 2014 con un 99,95?% de gestantes en seguimiento y niños al día con sus tarjetas de vacunas. Es una cifra tan alta que sobrepasa considerablemente el promedio nacional. Con las visitas, las campañas y la motivación de todos los participantes, pasamos a tener una preocupación mayor con la calidad de los datos del Registro Único, que se volvieron más fidedignos [la calidad de los datos del Registro Único es fundamental para encontrar y seguir a las familias en los ámbitos de la salud y la educación].
WWP: ¿Se realiza algún trabajo social con las familias que, pese a tantos esfuerzos, sigan en situación de incumplimiento de las condicionalidades? 
AP: Ese trabajo tiene que ser constante. El núcleo intersectorial continúa la difusión de información en emisoras de radio, en folletos y haciendo visitas periódicas a las comunidades. El núcleo da prioridad a las más problemáticas, pero, a veces, es el propio líder de la comunidad o los directores de escuelas quienes nos llaman.
Durante las visitas sobre el terreno, hablamos mucho de superación de la pobreza, del Programa Bolsa Familia, de la importancia de la escuela. También capacitamos a los asistentes sociales. Hicimos la primera en 2013 y ahora acabamos de hacer la segunda, para capacitar a los novatos y reciclar al equipo.
WWP: ¿Estáis satisfechos o aún hay desafíos que superar?
AP: Estamos satisfechos. Fuimos finalistas en 2013 del Premio Rosani Cunha, del MDS, que nos sirvió como escaparate a nivel nacional. Pero debemos fortalecer nuestro trabajo cada vez más para ayudar a romper ese ciclo de pobreza.
WWP: ¿Qué ha sido lo más importante que habéis aprendido y que os gustaría compartir con otros gestores de Brasil y de otros países?
AP: Es necesario querer transformar, llevar información al beneficiario y a quien trabaja en la gestión del programa, para que todos pasen a entender y a contribuir, y a ver la importancia de ayudar al otro. Con la información, formamos a profesionales capaces de desarrollar su papel y a beneficiarios que saben identificar sus derechos.
Para que sepas más sobre las condicionalidades
Marianna Rios, WWP