El documento muestra cómo los países de América Latina y el Caribe, después de una década de reducción de la pobreza, deben superar las expectativas de menor crecimiento y endurecimiento monetario para mantener y mejorar sus sistemas de protección social, cuyos costos deben aumentar. La primera parte diseña la ruta de estas naciones para reducir la desigualdad de la renta; la segunda destaca la necesidad de proteger a la población más vulnerable, enumerando las prácticas exitosas de la región con foco en el mercado laboral y la salud fiscal de los sistemas de bienestar social.