Brasil e India tienen estructuras agrarias y clasificaciones específicas de agricultores diferentes, pero en ambos países la proporción de grupos rurales desfavorecidos —especialmente productores de menor escala— dentro de la población total es significativa. Los dos países han establecido programas de adquisición de alimentos en gran escala, a través de los cuales el gobierno compra productos agrícolas para apoyar la subsistencia de los agricultores, ofreciendo alternativas de mercado ventajosas. Estas iniciativas reconcilian oportunidades comerciales para los productores con el suministro de productos a las poblaciones vulnerables.