Para expertos, objetivo es asegurar que las personas tengan una vida saludable y inclusiva
Brasilia, 20 de Noviembre de 2014 – El crecimiento de las economías no resolverá el problema de la pobreza en el mundo y la agenda de desarrollo no se puede resumir a la mejoría de ingresos de la población. Estos fueron puntos pacíficos en el debate de esta mañana (19), en el I Seminario Internacional WWP – Un Mundo sin Pobreza, en Brasilia.

Vicepresidente sénior y economista-jefe del Banco Mundial, Kaushik Basu, habla durante el Panel «Un mundo sin pobreza es possible». Foto: Ana Nascimento/MDS

Kaushik Basu, vicepresidente sénior y economista-jefe del Banco Mundial, señaló que no se discute acabar con la miseria en el mundo. La meta del Banco Mundial para 2030 es reducir la pobreza extrema al 3% de la población. Son consideradas extremamente pobres personas con ingresos de US$ 1,25 al día, por la paridad del poder de compra, el mismo valor que orientó el establecimiento de la línea de la pobreza extrema en Brasil, actualmente en R$ 77 mensuales.
Basu admitió que el valor es pequeño, pero destacó que, aun así, más de 1000 millones de personas en el mundo todavía viven por debajo de esa línea. La mayor parte de ellas, en regiones de África y Asia.
Otra meta del Banco Mundial es mejorar los ingresos de los 40% más pobres de la población, lo que impondría un desafío inmenso a los países que no tienen grandes contingentes de miserables. Al hablar sobre soluciones posibles para la pobreza en el mundo, Basu insistió que el crecimiento económico, de por sí, no resolverá el problema. El economista defendió la transferencia de ingresos a los más pobres por medio de la política fiscal, que cobrara más impuestos de los más ricos.
El director de la Oficina de Apoyo a Políticas y Programas (BPPS) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Magdy Martines-Solimán, defendió que la agenda de desarrollo para después del 2015 no se puede resumir al problema de los ingresos ni a sacar a las personas de la pobreza extrema. Él participa del debate mundial sobre la definición de los Nuevos Objetivos del Desarrollo Sostenible, que sustituirán los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
«Necesitamos salir de la pobreza conectada a los ingresos. Muchas cosas faltan además de ingresos. Necesitamos asegurar los deseos de las personas, dar acceso a la información, al conocimiento, a la salud, a la seguridad, a la cultura y a la libertad. El objetivo del desarrollo es garantizar que las personas tengan una vida saludable e inclusiva», dijo Magdy, que cree que el mundo alcanzará el fin de la pobreza en 2030 y sugiere que los países se inspiren en el Bolsa Familia para esa lucha.
Envuelto con las acciones de las Naciones Unidas con relación al ébola y preocupado con los efectos del calentamiento global y la degradación ambiental del planeta, Magdy presentó un escenario de recrudecimiento de la pobreza extrema en el mundo. «Es una pesadilla», dijo, al destacar que espera que la actual generación logre dar fin a eso.
Sergei Soares, presidente del Instituto de Investigación Económica Aplicada (Ipea), propuso que una de las salidas para la pobreza extrema en el mundo podría ser el lanzamiento de un programa Bolsa Familia global, con financiamiento de los países más desarrollados. La administración del programa, admitió, no sería «trivial».
En Brasil, Soares dijo que, superada la pobreza extrema – lo que deberá ser verificado en la Encuesta Nacional por Muestra de Hogares (Pnad) de 2014, a ser divulgada en septiembre de 2015 – el país podría pensar en aumentar la línea de la pobreza extrema para US$ 2 diarios. Él recordó la dificultad enfrentada por el gobierno en 2011 para definir una línea y dijo que sería muy difícil establecer metas que tomaran en cuenta simultáneamente diferentes dimensiones de la pobreza.
«El abordaje que tuvimos en el Bolsa Familia es correcta. Dejamos claro que, cuando definimos a un pobre, lo definimos por ingresos. Después promovemos una cantidad de acciones complementarias para alcanzar a esa población», subrayó. El presidente del Ipea aún señaló el bajo costo de la acción – 0,4% del Producto Interno Bruto (PIB).
El I Seminario Internacional WWP – Un Mundo sin Pobreza – es promovido por la Iniciativa Brasileña de Aprendizaje por un Mundo sin Pobreza (www.wwp.org.br). El Banco Mundial, el Ministerio de Desarrollo Social y Combate al Hambre (MDS), el Instituto de Investigación Económica Aplicada (Ipea), la Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de la República (SAE/PR) y el Centro Internacional de Políticas para el Crecimiento Inclusivo (IPC-IG) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) son aliados en esta acción. El seminario cuenta también con el apoyo del Centro RIO+.
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