Directora de la oficina de la OIT en Brasil, Laís Abramo destacó que es fundamental que la agenda para la erradicación de la miseria contemple mejores condiciones de trabajo decente, que va más allá del acceso al empleo

Brasilia, 20 de Noviembre de 2014 – Del total de 1000 millones de pobres en el mundo, dentro de la línea de 1,25 dólar/día, 375 millones trabajan. El dato fue presentado este miércoles (19), por la directora de la oficina de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Brasil, Laís Abramo. Ella participó del panel «Una agenda de políticas para más allá de la pobreza extrema», en el I Seminario Internacional WWP – un Mundo sin Pobreza, en Brasilia. «Ese número demuestra que el mercado laboral tanto puede ser un lugar muy importante de reproducción de la pobreza y desigualdad como también puede ser la clave para la igualdad», destacó.
Abramo recordó que no es cualquier trabajo que permite que las personas superen la pobreza y la pobreza extrema. «Es fundamental que la agenda para la erradicación de la pobreza contemple el trabajo decente, que va más allá del empleo de calidad, es multidimensional», reforzó. Ella destacó que Brasil ya ha avanzado en ese camino y que el trabajo como uno de los ejes para superación de la pobreza está presente en la agenda actual del país. «La agenda del futuro necesita incluir una política de escala que logre combatir las desigualdades. La línea clave es la inclusión productiva.»

El ministro de la Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de la República, Marcelo Neri, habla de políticas que permitan superar la pobreza. Foto: IPC-IG

Según el ministro de la Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de la República (SAE/PR), Marcelo Neri, el crecimiento de la formalización en el país ha sido un aspecto positivo para la construcción de la agenda. «Una característica que distingue a Brasil y América Latina de regiones como Sudáfrica es la caída en el desempleo. En octubre, tuvimos la menor tasa de la historia. Además de eso, cada año la formalización sube dos puntos porcentuales en el país. Es decir, Brasil ha elegido el camino del medio, donde crecimiento y distribución de ingresos comienzan a caminar juntos. Hay muchos obstáculos, pero creo que estamos en el rumbo correcto.»
Él enfatizó que el desarrollo de la primera niñez y la capacitación de los jóvenes están entre los próximos desafíos. «La primera niñez no es solo el comienzo, ella marca la vida de una forma muy compleja. Y el momento es de transición y ajuste de las políticas para el perfeccionamiento del tema, así como en la juventud.»
Neri también alertó para la importancia del rediseño de algunos aspectos de las políticas públicas, con la caída de la pobreza extrema. «El Bolsa Familia, como otros programas de transferencia de ingresos, tiene la expertise de usar la madre como canal de transición. Pero cuando la familia no tiene esa figura en su composición, la facilidad de que los niños estén en el programa es menor. Tenemos que entender ese problema para mejorar los diseños de las políticas públicas. El fin de la miseria es solo el comienzo.»
Para la directora del Poverty Global Practice del Banco Mundial, Ana Revenga, el crecimiento del país en esta década reflejó en el aumento de ingresos del trabajo y en la creciente formalización, pero Brasil necesita enfocar ahora en alzar a los 40%, que se encuentran entre los más pobres, a la clase media.
«Eso conlleva elevar la productividad de esas personas y promover la creación de empleos sostenibles», dijo. «La educación y la capacitación influyen en la participación en el mercado laboral. Hay que invertir en el capital humano», añadió. Para ella, las políticas públicas deben enfocar en el mercado, permitiendo más oportunidades para los más pobres y reduciendo las desigualdades.
Francisco Menezes, investigador del Instituto Brasileño de Análisis Sociales y Económicas (IBASE), presentó cuatro grandes retos para que el país ofrezca servicios de calidad para la población en condiciones más favorables: identificar el proyecto de desarrollo, incluyendo crecimiento e inclusión social’; identificar la dicotomía de lo público y lo privado; buscar entendimiento para el tema de la Federación y sus atribuciones; e incluir la participación social en el contexto de la nueva agenda. «Tenemos que profundizar inversiones en infraestructura para garantizar el acceso a servicios de calidad – un desafío que traerá grandes dificultades, pero que tendrá de ser enfrentado. Enfrentar la pobreza ahora, más que nunca, será enfrentar la desigualdad.»
En la clausura del seminario, la ministra del Desarrollo Social y Combate al Hambre, Tereza Campello, destacó que hay que llevar derechos a los ciudadanos y que el Estado tiene que hacerse presente. «Queremos llevar oportunidades, inclusión, un trabajo mejor», dijo. «Salimos de acá con una agenda de trabajo y con una misión: ayudar a construir un mundo más justo y sin pobreza.»
El I Seminario Internacional WWP – Un Mundo sin Pobreza – es promovido por la Iniciativa Brasileña de Aprendizaje por un Mundo sin Pobreza (www.wwp.org.br). El Banco Mundial, el Ministerio de Desarrollo Social y Combate al Hambre (MDS), el Instituto de Investigación Económica Aplicada (Ipea), la Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de la República (SAE/PR) y el Centro Internacional de Políticas para el Crecimiento Inclusivo (IPC-IG) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) son aliados en esta acción. El seminario cuenta también con el apoyo del Centro RIO+.
Central de Atendimiento del MDS:
0800-707-2003
Informaciones para la prensa:
Ascom/MDS
(61) 2030-1021